jueves, 30 de abril de 2009

PUEBLO ROM PRESENTE.
RECONOCIMIENTO COMO MINORÍA, PIDEN LOS GITANOS*

Por:
MARITZA PALOMINO M.

Los Gitanos, menospreciados por la ignorancia de muchos, y desconocidos como una rica cultura, están reclamando la identidad como etnia que les corresponde en el ámbito nacional. Buscando ejercer los derechos que la Constitución Política les otorga como grupo étnico colombiano, cerca de doscientos Gitanos de todo el país se reunieron el pasado fin de semana en Girón (Santander). Allí reflexionaron sobre su necesidad de dejar de ser invisibles y analizaron su situación económica y cultural en la Colombia de hoy. El evento fue apoyado por el Ministerio de Cultura en un primer paso por lograr un espacio de concientización de esta población, para que salga de su automarginamiento y busque solución a sus problemas a través de la unidad.

El pueblo Rom (Gitano) se reunió durante dos días de reflexión y análisis, con representantes de los gadye, --no Gitanos--, en Girón, para analizar y reflexionar sobre su actual situación y la necesidad de comenzar a ejercer sus derechos como grupo étnico colombiano.

Juan Carlos Gamboa Martínez, historiador e investigador de la cultura Gitana, fue uno de los representantes del Gobierno Nacional, que estuvo en el Primer Seminario Taller: Pasado, Presente y Futuro del Pueblo Rom”, como delegado del Ministerio del Interior.

Él explicó que se dio este espacio, nunca antes logrado, debido a que los Gitanos de Colombia, dadas las transformaciones culturales que se están dando, vieron la necesidad de empezar a ejercer sus derechos constitucionales y legales, consagrados para los diferentes grupos étnicos de Colombia.

“La Constitución Política en su artículo 7 habla de que el Estado preserva y conserva la diversidad étnica y cultural y sin embargo, los Gitanos no saben cuáles son esos derechos, ni los han ejercido”, explicó el funcionario.

Un día, sin embargo, enviaron derechos de petición a los Ministerios de Salud, Educación, del Interior, de Cultura y al Departamento Nacional de Planeación, preguntando qué historia de relación tenían con los Gitanos y qué podían hacer para tener acceso a los derechos de los grupos étnicos.

Tras ello el Ministerio del Interior conceptuó, a través de la Dirección General de Asuntos Indígenas, así:

“Se les debe garantizar que simétricamente los derechos consagrados para los demás grupos étnicos, también le sean proyectados al pueblo Gitano. Las disposiciones contenidas en el Convenio 169 de 1989 de la Organización Internacional del Trabajo, también se les debe aplicar, por cuanto allí se habla de pueblos indígenas y tribales y los Gitanos pertenecen a éstos últimos.

Al respecto también dio su concepto el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Nacional de Etnocultura, de donde se comenzó a trabajar en una labor de concientización sobre la realidad que hoy presenta el pueblo Rom y de la necesidad de que dejen de ser invisibles.

Pueblo invisible

Pese a estar en Colombia desde la época de la colonia, los Gitanos han preferido el automarginamiento, como estrategia de sobrevivencia cultural.

De acuerdo con el historiador Gamboa Martínez, lo que motivó al pueblo Rom a analizar su organización es la crítica situación que atraviesan, principalmente económica y cultural, por cuanto los oficios tradicionales que por años han desarrollado ya no son rentables como el chalaneo de caballos, la venta de mercancía, el trabajo en cobre y bronce.

Se estima que en Colombia habitan cerca de diez mil Gitanos, ubicados en los barrios Atalaya de Cúcuta, El Poblado de Girón, Santamaría de Itagüí, El Jardín de Cali, San Rafael, Nueva Marsella, Primavera, Galán y Puente Aranda en Bogotá, D.C.

En Girón se reunieron cerca de doscientos, porque allí comenzó a gestarse un proceso histórico que se cristalizó durante el seminario-taller, con el nombramiento de un portavoz del pueblo Rom, Venecer Gómez Fuentes, quien evidencia una transformación.

Un proyecto nacional

Los objetivos del seminario-taller buscaron un espacio de reflexión interna, para que los Gitanos analizaran sus problemas, las transformaciones de su cultura, qué elementos de la sociedad mayoritaria les pueden servir y cuáles de su organización se deben fortalecer.

Para ello se convocaron las instituciones nacionales que manejan programas con grupos étnicos, para que escucharan sus reflexiones.

Entre ellos estuvieron representantes de la Dirección Nacional de Etnocultura del Ministerio de cultura, de la Procuraduría Delegada para Asuntos Étnicos de la Procuraduría General de la Nación, de la Defensoría Delegada para los Grupos Étnicos de la Defensoría del Pueblo, del Programa de Grupos Étnicos del Ministerio de Salud, de la Dirección Nacional de Etnoeducación del Ministerio de Educación y de la Dirección General de Asuntos Indígenas del Ministerio del Interior.

También participó el senador indígena Francisco Rojas Birry, con quien los Gitanos establecieron una alianza que llevó al actual portavoz a ocupar el cuarto renglón del congresista.

Entre las conclusiones se destaca que los Gitanos avanzaron en su necesidad de crear unidad, además del nombramiento del portavoz y de que salgan del anonimato trabajando en torno a un proyecto de ley que reglamente el Convenio 169 de la OIT “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes”.
* Tomado de: Vanguardia Liberal. Bucaramanga. Sábado 8 de agosto de 1998. “Sección Metropolitana”. P.1.

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